SU PROMOCIÓN

Desde hace unas pocas semanas, todos los miércoles tenemos la Eucaristía en nuestra capilla, parte en español y parte en inglés. Esta semana era la fiesta de la Anunciación de María, y cuando estábamos dispuestas y a la espera de que el padre llegara a casa, vemos que se aproxima un surtido grupo de muchachos jóvenes. Ese día comenzaban sus exámenes de promoción, y acompañados por su educador habían decidido venir a la Eucaristía con nosotras. Enseguida preparamos el suelo con las alfombras para que se colocaran y poco les faltó para ponerse en actitud orante. Venían con sus materiales nuevos, necesarios para ejecutar sus pruebas y las traían para que fueran bendecidas.

            Este día la Eucaristía fue muy especial, tanto por la fiesta que celebrábamos como por sentirnos tan bien acompañadas. Hubo momentos en que se rezaba en télugu, momentos en inglés y momentos en español. Como Dios lo entiende todo, nosotros también lo entendimos. Los chicos cantaban y rezaban con fuerza en su propia lengua, nosotras lo hacíamos en español y el padre nos hablaba en télugu y en inglés, aunque también algunas cositas en español, ya que está dando sus primeros pasos en nuestra lengua y tiene facilidad para aprenderla. Los chicos nos pedían que rezáramos por ellos y así lo hicimos ese día y los dos siguientes. Por cierto llevaban días pidiéndonos oraciones cuando nos encontraban en la calle.

            Al terminar la Eucaristía, el padre bendijo sus materiales y uno por uno fue imponiendo las manos sobre cada uno de los chicos. Luego también lo hicimos nosotras y ellos se sintieron muy felices. La bendición del Señor a través de las personas consagradas tiene para la gente de aquí un valor muy grande, y era emocionante ver cómo chicos de esta edad acogían cada una de las bendiciones con seriedad, una gran fe y un recogimiento profundo. Contentos marcharon para el colegio. Nosotras esperamos que todo les haya ido bien, pensamos que se lo merecen.

            Al igual que los otros miércoles, el padre junto con el desayuno recibió su clase de español. Aprende rápido, y es que con tanta maestra cualquiera aprende. Le hemos gravado la misa despacito para que la vaya aprendiendo, pero también aprende expresiones que se usan a diario y vocabulario de la vida cotidiana.

            Esperamos que todo esto nos vaya sirviendo para que nuestra misión aquí sea la que Dios quiere que sea y estrechemos lazos cada día más humanos con las personas del lugar que desde el principio nos han acogido con tanto cariño.