martes, 14 de abril de 2015

LOS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS TENEMOS UNA CITA

            El sábado pasado los religiosos y las religiosas de la diócesis de Khammam nos reunimos en el Santuario de Karunagiri para pasar una mañana de encuentro y convivencia , bajo el lema "Despertad al mundo. Estad contentos, regocijaos, irradiad alegría". Tras los saludos y presentaciones de forma particular, un grupo de niños del colegio de los hermanos de Monfort presentó e hizo la Oración con sus preciosas canciones.

           
Escenario
Tras este inicio, un padre jesuita, Fr. Rex Angelo, impartió su charla en la que nos animaba  como grupo importante en la diócesis a estar siempre con el oído atento a las necesidades de cuantos viven cerca de nosotros, a ayudar a la gente que lo necesita a recuperar su dignidad y a seguir dando pasos de entrega al Señor, todo ello con la alegría del Evangelio. Como es lógico en nuestro imperfecto inglés, muchas de las cosas se nos pierden, pero con un poco de atención y con ganas se sigue la idea más importante.
            Las mentes, sobre todo de quienes tenemos que hacer doble esfuerzo para captar el mensaje se cansan bastante, por lo que una vez terminada la charla continuamos con el "Tea break", o sea con el descanso, el té y los diálogos de unas con otras.

Vista de un grupo

 
A continuación, unos grupos de niños y niñas de distintos colegios nos obsequian con sus maravillosas danzas, rítmicas y muy movidas unas, y melodiosas y tranquilas otras. Disfrutamos de la danza tradicional india y sentimos no aplaudir a nuestros chicos (son los del internado de huérfanos que tanto nos quieren) por no ser costumbre responder a quienes actúan con este gesto. También un grupito de profesoras nos deleitan con su movimiento, claro está no tan suelto y ágil como el de los niños.
            Seguidamente llegamos hasta la iglesia y celebramos la Eucaristía presidida por nuestro señor obispo, que nos invita a potenciar nuestra vida espiritual en formación y oración para mejor llegar a la vida de los pobres.
            Este encuentro termina con la comida. Como siempre que comemos juntos, nosotras ya tenemos elegido el menú: arroz solo, sin elementos que piquen, chapati y banana. Con el resto de alimentos corremos el peligro de dejar nuestras bocas abrasadas, así que ya ni lo intentamos.
           
Niños y niñas haciendo la oración
             Habíamos previsto visitar a la familia de nuestro profesor de télegu, pero como acaba antes de lo preciso, llegamos a la casa y el profesor no está (lógico, está en clase) así que saludamos a la madre y como no podemos comunicarnos en absoluto volvemos para casa bajo la mirada arrasadora de un sol que nos extenúa. Y es que el tiempo cuando es bravo (como los toros) ataca de verdad.
            Estos dos últimos días nos está dando una tregua y podemos respirar mejor, pero lo que a unos nos viene bien, a otros los arruina, y eso es lo que ha pasado con las tierras de esta pobre gente. Las lluvias de estos dos días les han arrasado las cosechas. En conclusión, es preferible seguir pasando calor, aunque nos duela.
 
Padre dando la charla
 
Niñas danzando
 
 
Nuestros niños moviéndose a todo ritmo
 
Otro grupo de niñas danzando
 
Maestras en movimiento con un paloteado
 
En la Iglesia
 
En la Iglesia
 
 

martes, 7 de abril de 2015

VIVIR LA PASCUA DE FORMA DIFERENTE

            Voy a intentar hacer una breve reflexión en voz alta, más bien voy a desgranar a través de estas letras algo de lo que durante estos días ha pasado por dentro de mí.
            Es  un largo camino viviendo año tras año los acontecimientos que en torno a la Pascua, la Iglesia y este mundo nuestro han ido poniendo para acercarnos al Misterio de nuestra Salvación. En cierto modo considero que yo había entrado en una especie de rutina, repitiendo cada año más o menos lo mismo, trabajando con ahínco e inquietud para que las celebraciones fueran lo más perfectas y cercanas al pueblo en lo que a mí concernía. Fuera de mí, desde Navidad  escuchaba a diario la permanente música de fondo que las cofradías con sus tambores y sus trompetas lanzaban al aire de toda la ciudad. Se acercaba la Semana por excelencia del calendario cristiano y en el ambiente en el que yo me movía todo olía a procesiones, pasos, música, desfile...
 
Un momento de la celebración de la Vigilia Pascual en el Seminario.
            Pues bien, este año no he escuchado nada de todo eso. Tras una larga Cuaresma en la que he podido contemplar la austeridad de un pueblo cristiano que cree de veras todo lo que vive y que lo vive con intensidad, llegan los días más destacados, el Triduo Pascual, abierto solemnemente con el Domingo de Ramos. No observo ningún tipo de boato externo, aunque sí se dejan oír las constantes manifestaciones de fe que a través de la oración y las canciones el pueblo va expresando. Es cierto que a lo largo de toda la Cuaresma he ido participando en el Vía Crucis semanal, en el que la gente manifestaba su espíritu de sacrificio, pero me llega muy adentro el Gran Vía Crucis del Viernes Santo, austero, multitudinario y silencioso a la vez, en el que todos, niños, jóvenes, adultos (y no puedo decir ancianos porque no los hay) sólo se preocupan de lo que llevan entre manos, es decir, de acompañar a Jesús en un camino difícil, para nosotros casi imposible,  de entrega, de amor y de ternura. Como único acompañamiento dos cruces, una grande que parece presidir y otra un madero pesado que algunas personas van arrastrando. El resto lo forman todos los participantes que con verdadero espíritu oran con fuerza, dejando escuchar sus cánticos y plegarias. Las reflexiones a cada estación la gente las vive en un silencio total. Una no entiende qué es lo que están diciendo, pero es como si lo entendiera todo. Esta vez no necesito texto en español, el ambiente, el clima creado entre todos,  es suficiente para  entrar en el misterio.         
            Quiero destacar también la Gran Vigilia Pascual del Sábado. Nosotras participamos en dos lugares distintos. Carmen y Luisa van a la Parroquia donde comparten con el pueblo una larguísima ceremonia que termina a las 4,20 del domingo. Según cuentan, hay unas cuantas personas entre niños y adultos que reciben el Sacramento de Bautismo y la comunidad lo celebra con mucha alegría. Ilu y yo optamos por ir al seminario y rezar en inglés, que por lo menos entendemos un poco mejor. Hay un ambiente muy familiar y participan también un grupo de unas 40 chicas jovencitas. Pero lo que yo quiero destacar es el espíritu de la gente a quien no le importa el tiempo empleado sino lo que ahí se está viviendo. Es la celebración más importante de todo el Año Litúrgico y como tal hay que celebrarla. Cómo me gustaría que todos los cristianos llegáramos a descubrir  su valor y la viviéramos tal y como se merece.

Otro momento de la celebración de la Vigilia Pascual
            Todos los días han sido importantes, pero he querido destacar estos dos momentos por lo que para mí han significado. A todos los que leáis el blog os deseo una feliz y santa Pascua de Resurrección. Que Jesús resucitado colme las aspiraciones más grandes que cada uno albergamos dentro de nuestro corazón.