sábado, 28 de febrero de 2015

DE BIENVENIDA Y DE DESPEDIDA

              La canción dice de las olas del mar que "unas vienen y otras van" Eso es lo que ocurre en el devenir cotidiano. Eso es lo que nosotras aquí, en Naidupeta acabamos de vivir, aunque sea en singular.

Nuestra hermana Luisa
        
            El pasado jueves llegaba a nuestra comunidad Luisa, la hermana que faltaba para estar al completo. Procedente de Santiago de Chile, tomaba tierra en Hyderabad igual que dos meses antes lo habíamos hecho nosotras, en torno a las 9 de la mañana. Mª Paz, Ilu y Carmen se desplazaban hasta allí para darle la bienvenida. Yo me quedaba en casa haciendo las tareas del hogar, limpieza y comida, e intentando plasmar en las paredes ese calor que las personas necesitamos cuando llegamos a un lugar desconocido, o sea, en este caso, el "Welcome" acompañado de los mejores deseos de que su nueva casa sea un verdadero hogar, una rica fraternidad. Por tanto, ya está entre nosotras, ya está la comunidad al completo, sorpresivamente bastante antes de lo esperado por el tema de las visas. Por ello, estamos de enhorabuena.
 
             Mari Paz la ha podido  recibir ya que su visa de turista vencía hoy. Ha sido poco tiempo para poder compartir, pero se ha intentado aprovechar bien a pesar de todo el trabajo que estos días se le había acumulado a nuestra Madre General, puesto que quería dejar todo en regla de cara a nuestra estancia en el lugar durante estos primeros años.  Y precisamente esta madrugada salía rumbo a la capital acompañada por Ilu y Luisa y bien conducidas por nuestro queridísimo amigo Rambabú, el chófer del Sr. Obispo, hombre muy discreto, honrado, servicial y respetuoso. A las 4'45 salían de casa para llegar con el tiempo sufienciente para poder embarcar. En estos momentos se encuentra volando y en unas cuantas horas aterrizará en Barajas. Esperamos que su experiencia en estas pobres, pero acogedoras tierras le enriquezca a todos los niveles y pueda compartir con todos aquello que aquí ha vivido durante estos dos meses. Ella se ha sentido muy feliz con toda esta gente.
           
           Carmen y yo nos quedábamos en casa. Hoy sí que era preciso repartirnos, y es que celebrábamos el cumpleaños de nuestro Obispo. A las 6,30 teníamos en el Obispado una Eucaristía muy solemne presidida por él y concelebrada por un buen número de sacerdotes. Estábamos también un nutrido grupo de religiosas y un grupazo de niños, niñas y gente adulta. Tras la Eucaristía un ratico de compartir con todos y la invitación a tomar el desayuno juntos,  él, los sacerdotes y las religiosas. Son momentos muy bonitos de convivencia que nos ayudan a estrechar lazos y a sentirnos verdadera Iglesia en India. Nuestra experiencia durante estos meses es de sentirnos con todos como en una gran familia. Quiero destacar el interés, la preocupación, la dedicación y las gestiones que el Sr. Obispo hace en favor de la gente más pobre de la Diócesis. Es un luchador y un hombre entregado a los demás. a nosotras nos hace mucho bien el experimentar su bondad y su entrega.
 
            Otro día hablaré de las fiestas que los cristianos de la Diócesis estamos viviendo estos días. Son muy celebrativos y de veras que viven la fiesta con alegría y de corazón.

miércoles, 18 de febrero de 2015

SE INTERRUMPE LA VIDA ORDINARIA

Hoy hace dos meses que llegamos a La India y parece que nuestra vida cotidiana empieza a encontrar su rutina, aunque todavía no se puede decir que lo hayamos logrado del todo. Las actividades normales del día se ven en ocasiones interrumpidas por la visita de personas que se presentan en el lugar y quieren saludarnos. Por cierto, esta mañana nos ha visitado un señor italiano cuyo hijo está llevando a cabo en la diócesis un conjunto de programas muy importantes para la mujer de cara a su promoción. El contribuye económicamente y el hijo prepara y lleva a cabo los programas con una gran implicación y compromiso. Nuestras actividades también suelen ser interrumpidas por las fiestas que con bastante frecuencia se celebran en el entorno. La gente de este lugar es muy celebrativa.
            Una de las actividades que forman parte de lo que es la rutina de nuestra vida diaria es la clase de telugu. Estamos bastante empeñadas en el aprendizaje de esta tan nueva lengua, pero a veces nos lleva un poco de calle. Cuando nos parece que ya sabemos las letras, resulta que no las reconocemos en las palabras y casi tenemos que resolver la lectura de las mismas como si fuera un verdadero jeroglífico. Siendo fiel a la verdad, a mí a en algún momento me desespera un poquito. Espero que con constancia y empeño se ande todo el camino que hay que andar.
            Y precisamente hablando de andar el camino, hoy hemos cambiado de alguna forma la melodía de la vida cotidiana. Ha comenzado la Cuaresma, camino a recorrer hasta la llegada de la Pascua, y con gran solemnidad hemos participado en la celebración del Miércoles de Ceniza en el Seminario, donde un grupo muy nutrido de jóvenes (cerca de 50), que se preparan para el sacerdocio, nos han ayudado con sus cánticos y su oración a interiorizar y orar de forma diferente. Los cristianos del lugar viven con mucha intensidad este momento fuerte del año y hoy en el ambiente olía a fiesta, aunque los estómagos andaban un poco o un bastante vacíos, puesto que el ayuno es algo muy serio en el lugar.
            Quiero comentar algo que me parece muy bonito. En las noticias siempre aparecen los conflictos, en muchas ocasiones provocados por las diferentes religiones y que incluso pueden llegar a guerras y a muertes. Pues bien, en esta zona de La India, cada religión tiene su propio culto, el cual se expresa no silenciosamente sino a todo volumen con bafles de una intensidad asombrosa. Todos viven las expresiones de los demás de forma muy natural. Se  tiene claro cual es el día santo de los hindúes, cual el de los musulmanes, cual el de los cristianos, y nadie se siente molestado porque el otro esté celebrando a horas intempestivas y llene el aire de cánticos y aclamaciones. Ayer los hindúes celebraron su festival (así lo expresan aquí) y hoy nos toca a nosotros. Todos se felicitan, aunque la fiesta no sea la propia sino la de los hermanos de la otra religión. A las 5 de la mañana todos los días tenemos como música de fondo la oración de los musulmanes, cuyas mezquitas no están aquí al lado, pero cuyo resonar parece que las tuviéramos dentro de casa. Creo que es para nosotras una enseñanza, aunque a veces nos moleste ese continuo sonsonete que te impide centrar tu atención en aquello que estás necesitando.
            Ojalá que en esta Cuaresma seamos capaces de quitar aquello que nos separe de nuestros hermanos, privarnos de lo superfluo y compartir con quienes más lo necesitan para mejor encontrarnos con Jesús en la próxima Pascua.

lunes, 9 de febrero de 2015

UNA VIDA DE CONTRASTES.... Y GENTE QUE SE EMPEÑA EN AYUDAR A LOS DEMÁS




Una entrevista con el Embajador de España en La India nos conduce hacia la capital cuando todavía no llevamos en el país ni siquiera dos meses. Pero la gran ayuda que hemos recibido de él hace que ante la cita a la que nos invita nos sintamos en la obligación y en la necesidad de acudir y no lo pensemos dos veces. El viaje es largo y en principio asusta un poco, puesto que no dominamos la situación ni en cuanto a la lengua para podernos comunicar, ni en cuanto al conocimiento de cómo será todo lo que espera allá.
En la tumba de Gandhi
            Salimos de Khammam a las 3.30 de la madrugada del martes con destino a la capital, New Delhi. La amabilidad y el buen servicio de Yesu, un trabajador del obispado, hace que nuestro embarque resulte fácil y seguro. La noche se presenta larga, pero la realidad la hace todavía más larga. ¿Y qué realidad es esa? Frío, mucho frío y sistema de transporte bastante incómodo en relación a lo que nosotras estamos acostumbradas, y eso que viajamos en Sleeper. La verdad es que dejando a un lado los huesos de cada una lastimados con cada arrancada y con cada frenada, al final todo el mundo se acostumbra y se adapta a aquello que se le presenta porque no hay otra cosa. Si al menos se tuviera la posibilidad de moverse un poco hubiera sido más llevadero, pero no, ahí quietas, bien sentadas o tumbadas (y menos mal, aunque el soporte es muy duro). Unas duermen y alguna vela (esa soy yo), gracias a lo cual evito que me lleven la mochila, porque como en todos los sitios hay gente de toda calaña, y eso, los hay también amigos de lo ajeno. Tras 30 horas de viaje nos presentamos en la capital. Nuestra urgencia es sacar el billete de vuelta, puesto que no lo habíamos podido conseguir con antelación, pero hasta que encontramos el lugar adecuado nos cuesta dar muchas vueltas por toda la estación. Finalmente llegamos a la oficina de turismo internacional y después de rellenar papeles nos mandan volver al día siguiente a las 9,30 de la mañana.
En Moor Graden (Agra)
            Salir de la estación es sentirse invadida por un montón de gente que  te asalta para que cojas su medio de locomoción. Ahí nos engañan porque nuestro hospedaje está al lado y nos cobran como si tuviéramos que marchar, vaya usted a saber dónde. En fin, eso es lo de menos. Bien instaladas, nos disponemos a buscar un supermercado para comprar comida. No sólo no lo encontramos, sino que nos despistamos y tardamos en encontrar el lugar en el que nos  cobijaremos durante dos noches . Gracias a la ayuda de gente buena que uno va encontrando por todo el mundo, al final damos con el lugar después de estar tiempo y tiempo en torno a él. La tarde la dedicamos a descansar porque nuestro cuerpo no da para más.
            Llega la mañana siguiente y según lo dispuesto nos dirigimos hacia la estación del ferrocarril. Hay muchísima gente por el exterior y no sabemos qué pasa (luego nos enteramos que hay unas elecciones). No nos dejan acceder al lugar por ninguna de las entradas, pero un muchacho muy servicial y amable nos explica la situación y él mismo nos busca un tutú (el llamado oto en Khammam) al que él mismo le dice el precio que nos ha de cobrar porque si no se aprovechan y nos cobran lo que quieren, y el lugar al que nos ha de llevar. Llegamos a una oficina bastante lejos de la estación y nosotras estamos asustadas porque no vamos a llegar a la hora acordada y además es un lugar diferente. Nos atiende un muchacho cuyo rostro no olvidaré mientras viva. Yo le cuento todo lo ocurrido ayer y con qué nos hemos encontrado hoy. Él me ve tan apurada que en todo momento me dice: "mami tranquila, yo os voy a ayudar". Comienza a hacer las gestiones y se van agotando las posibilidades de viajar, pero él siempre igual: "mami tranquila, yo os voy a ayudar". Así que aunque el precio se dispara encuentra una magnífica solución que va acompañada de lo que para nada habíamos pensado hacer en este viaje, un poco de turismo. Solo hay tren hasta Khammam desde Agra y para llegar allí nos tienen que llevar en coche. ¡Qué susto tan grande! Pensábamos que el precio no solo se dispararía, sino que nos arruinaría, pero no. Es verdad que es mucho mas caro, pero nos brinda la oportunidad de aprovechar el tiempo viendo cosas maravillosas que de otra manera no hubiéramos visto. Unido todo hasta resulta barato. Nos invitan a un estupendo y calentito té que en esas circunstancias nos sabe a gloria. Luego le digo que tenemos mucha prisa debido a nuestra cita con el embajador y que no nos podemos entretener demasiado.
Templo de Birla Mardin en New Delhi
De nuevo lo mismo: "mami tranquila, yo os voy a ayudar" ya que también para eso nos busca una super solución. La misma persona que nos llevará al día siguiente hasta Agra puede dedicarse a llevarnos donde sea a lo largo de todo el día por muy poco dinero. Antes de ir a la embajada nos lleva a conocer el templo de Birla Mandir, A continuación nos da un paseo con el coche por todo el exterior de un edificio de la época colonial del gobierno de India, Rashtrapati,. Por fin llegamos al lugar importante para nosotras, al objetivo de nuestra visita, a la embajada. Sin apenas tiempo de espera, enseguida nos recibe en su despacho el Sr. Embajador. Son unos momentos importantes para nosotras y según sus manifestaciones también para él. Se nota todo lo que le importa la situación de las personas en este país y valora muchísimo la obra social y de ayuda humanitaria que van haciendo diferentes entidades, entre ellas la de Vicente Ferrer, que se encuentra en nuestro mismo estado. Es un hombre creyente y comprometido y nos dice que hemos de estar en contacto y que le gustará seguir nuestro trabajo al que hará los posibles por ayudar. Nos habla de un padre que trabajó con Madre Teresa de Calcuta y con quien se siente en deuda porque hace tiempo que no ha visitado. Nos cuenta que el padre se dedica a coger a gente de la calle en pésimas condiciones y a cuidarla. Nos consigue una visita inmediata con él y nos da un encargo de ayuda para llevarle; también a nosotras nos da una ayuda personal. De forma muy cordial y con alegría termina nuestra visita.
            Al salir al exterior y contarle al conductor donde queremos ir se le cambia el color debido al peligro del lugar. Tenemos que tomar una decisión rápida, pero no queremos renunciar a visitarlo. Le llamamos por teléfono y es el mismo conductor quien se encarga de hablar con él. Eso le tranquiliza bastante y allí nos dirigimos.
Hablando con el Padre Rabindra
Con el padre y alguno de los muchachos
            La entrada en el centro es super emocionante. Unos niños de los que tiene ahí recogidos nos hacen un recibimiento con los collares de flores naturales, música e incienso de lo más emotivo. Allí tomamos lo que será la comida del día, unas pastas y un té bien calentito. Conversamos largamente con él, nos enseña parte del centro, donde están las personas que se pueden ver puesto que hay otras con problemas mentales a quienes no vemos. Encontramos a un grupo de niños en un aula que están recibiendo clase con una profesora y a un grupo muy numeroso de ancianos y ancianas bien cuidados que se encuentran en un salón. Este padre ha fundado una congregación, Misioneros de la Compasión,  con el espíritu de Madre Teresa de Calcuta, atendiendo a los más pobres entre los pobres. En su rostro se trasluce una paz y una bondad de lo mas envidiable. Hablamos largamente con él y le invitamos a visitar nuestra comunidad si algún día va hacia Khammam. Realmente salimos de allí muy gratamente impresionadas.
            Y tras este bonito regalo, el conductor nos lleva a los jardines en los que está la tumba de Gandhi. Es un espacio muy bonito que por si mismo habla de paz. No cuesta interiorizar y tener presentes a tantas personas que en este mundo sufren a causa de las guerras. Unos dan su vida por la paz y otros alardean con la violencia. Rezamos un rato y caminamos por ese maravilloso espacio natural.
            A continuación visitamos otro bonito lugar de la capital, que nada tiene que ver con lo anterior, "A World Heritage  Humayu's Tomb". Ahí admiramos la belleza de las constucciones, el arte que a lo largo de los siglos ha ido enriqueciendo el patrimonio de los pueblos. Y finalmente para terminar la jornada una vivita a la Puerta de India, cuando ya había anochecido. Es hora de retirarse y descansar. Claro está, la que pueda.
Con el Taj Mahal al fondo
            Y comienza la jornada de regreso. En car hasta la ciudad de Agra. Y por el camino, pinchazo. Antes de ir a tomar el tren tenemos la oportunidad de visitar bonitos lugares. Primero paramos y contemplamos "Moon Garden", luego "El Taj Mahal" desde el exterior porque el viernes está cerrado, y finalmente "Muthamam Bur" una grandiosa fortaleza con palacios en su interior. Nada de todo esto estaba previsto, pero hay que sacar rendimiento al coste del viaje a Agra y la mejor manera es conocer otra realidad de India, muy diferente a la del lugar de estancia, la zona de hospedaje de Delhi y  todo lo visto a lo largo del viaje en tren. Son los contrastes exagerados de este país. Pero en la parte exterior de todos estos lugares hay también no solo pobreza, sino una tremenda miseria.
            A lo largo del viaje hemos aprendido muchas cosas, pero sobre todo una vez más a valorar lo que tenemos y a admirar a tanta gente que sin ningún tipo de medio vive contenta, es honrada y ayuda a los demás. 
En el interior de la fortaleza de Agra