jueves, 30 de julio de 2015

Dios sigue llamando

Lo primero volver a reencontrarme con los que seguís un poquillo lo que pasa por aquí a través del blog. Ha sido un tiempo de mucho calor y nos hemos tomado unas pequeñas vacaciones.

Cuando miramos a nuestro alrededor  parece que Dios ha hecho un nuevo pacto con la humanidad y ya no llamara a los hombres y mujeres a su servicio a través de los hermanos. Pero esto no es así. Dios continúa llamando y llama a todas las edades. Sí, quiero contaros mi experiencia de hace no demasiados días aquí en Naidupet. Un grupo de 21 jóvenes recibieron la ordenación como diáconos para servir al mundo a través de la Iglesia porque Jesús les ha llamado a seguirle igual que en otro tiempo lo hizo a Pedro, Juan, Pablo y a tantas personas a lo largo de la historia. Es curioso que en un país de minoría cristiana (tan solo un 2%) tantos jóvenes sean capaces de responder a Dios de manera positiva, con mucha vida y con un saco lleno de ilusión.

Participamos con mucha alegría en la ceremonia, larga donde las haya, ya que a lo habitual  en este lugar se unía el hecho de ser 21 los ordenados y una celebración muy especial por lo que ella supone. Todos los allí presentes disfrutamos y rezamos, acompañando a nuestros familiares, hermanos y amigos. Las familias vivieron la fiesta con mucha intensidad. Todo el mundo estaba feliz y esa felicidad se propagaba en el ambiente, se podía tocar. La verdad que impresiona ver a tantos jóvenes dispuestos a dar su vida, su tiempo y su buen hacer en favor de la humanidad cuando estamos demasiado acostumbrados a ver otro tipo de cosas. Son jóvenes alegres, llenos de vida. Ellos se preparan a diario a través de sus estudios y con las experiencias pastorales que realizan en diferentes momentos.

Hubo un momento de la Eucaristía, cuando todos se postran en el suelo y la asamblea va rezando y cantando, realmente impresionante. Eran 21 chavalotes que en esa postura humilde donde las haya querían expresar su actitud ante el Jesús que les llama.
El Sr. Obispo en su homilía les animó a ser fieles a esa vocación a la que Dios les ha llamado y a servir con generosidad especialmente a los más pobres. Todos nos sentíamos un tanto interpelados. Muchos de los allí presentes nos sentíamos subidos en la misma barca.
Cuando acabó la ceremonia enhorabuenas, saludos, presentación a algunas de las familias; se entiende que los amigos nos presentaban a sus familias  que disfrutaban también de nuestra amistad hacia sus hijos y hermanos.
De todos los ordenados hay dos a los que me une y nos une una bonita amistad. Nos hemos ido conociendo en diferentes momentos y nos hemos ido haciendo amigos. Ellos nos presentaron a sus familias y uno de ellos estuvo por la tarde en casa con todos los suyos. Fueron también momentos bonitos, aunque, como siempre decimos, la lengua nos separa bastante. Esta familia solo hablaba "tamil", otra de las múltiples lenguas de India y con el inglés nos íbamos entendiendo a través del recién ordenado y otro sacerdote amigo que habla la misma lengua. A pesar de ese inconveniente, creo que nos relacionamos bien. La familia marchó muy contenta de nuestra casa, les esperaba una larguísima noche en el tren. Y es que en India las distancias son muy grandes y los medios para desplazarse poco cómodos.
El lunes asistimos a la misa en la que uno de nuestros amigos hacía su primera homilía. Estaba nervioso, pero lo hizo muy bien.
Desde esta página quiero dar gracias a Dios por la generosidad de estos chicos que, Dios mediante, serán ordenados como sacerdotes en el mes de Abril del año que viene.